Pablo S. Herrero | Embrión 2

El lenguaje pictórico de Pablo S. Herrero está ligado al código de las formas vegetales. Árboles y bosques, tanto en obra gráfica, tintas, aguadas y murales, son el vehículo para mostrar el vínculo entre lo dinámico y lo estático, individuo y comunidad, interdependencia emocional, poder y lucha, sostenibilidad y precariedad, fragilidad y fuerza.

Su medio de actividad como muralista suelen ser los espacios descentrados y marginales, tomando los barrios periféricos como paradigma del rechazo que la ciudad provoca a grandes partes de sí misma. Por otra parte, concentra su trabajo también en zonas rurales, como modo de acercamiento del arte urbano a pueblos pequeños.
Ha pintado en pueblos y ciudades de España, Portugal e Italia. También ha desarrollado proyectos murales en La Habana (Cuba), Sandnes y Stavanger (Noruega), Montevideo (Uruguay), Buenos Aires (Argentina), Winter Haven (EE.UU) y Bratislava (Eslovaquia).